El ruido de un trueno – Ray Bradbury
“Estaban en la antigua selva. Unos pájaros lejanos
gritaban en el
viento, y había un
olor a alquitrán y viejo mar
salado,
hierbas
húmedas, y
flores de color de sangre.
La jungla era alta y la jungla era ancha y la jungla era todo el
mundo para siempre y para siempre.
Sonidos como música y
sonidos como lonas voladoras llenaban el aire: los pterodáctilos
que volaban con cavernosas alas grises, murciélagos gigantescos,
nacidos del delirio de una noche febril.
La jungla era ancha y llena de
gorjeos, crujidos, murmullos y suspiros.
De pronto, todo cesó, como si alguien hubiese cerrado una puerta.
Silencio.
El ruido de un trueno.
De la niebla,
a cien metros de distancia, salió Tyrannosaurus
rex. […]
Venía a grandes trancos, sobre
patas aceitadas y elásticas. Se
alzaba diez metros por encima de la mitad de los árboles, un
gran dios del mal, apretando las delicadas garras de relojero
contra el oleoso pecho de reptil. Cada pata inferior era un pistón,
quinientos kilos de
huesos blancos, hundidos en gruesas cuerdas
de músculos, encerrados en una vaina de
piel centelleante y
áspera, como la cota de malla de un guerrero terrible. Cada
muslo era una tonelada de carne, marfil y acero. Y de la
gran caja de aire del torso colgaban los dos brazos delicados,
brazos con manos que podían alzar y examinar a los hombres
como juguetes […]. Y la cabeza, una tonelada de piedra
esculpida que se alzaba fácilmente hacia el cielo. En la boca
entreabierta asomaba una cerca de dientes como dagas. Los
ojos giraban en las órbitas, ojos vacíos, que nada expresaban,
excepto hambre.
El Lagarto del Trueno se incorporó.
Su armadura brillo como
mil monedas verdes. Las monedas,
embarradas, humeaban. En
el barro
se movían diminutos insectos, de modo que todo el
cuerpo parecía
retorcerse y ondular, aun cuando el monstruo
mismo no se moviera. El monstruo
resopló. Un hedor de carne
cruda cruzó la jungla.
El monstruo, al advertir un movimiento, se lanzó hacia delante
con un
grito terrible. En cuatro segundos cubrió cien metros.
Los rifles se alzaron y
llamearon. De la boca del monstruo
salió un torbellino que los envolvió con
un olor de barro y
sangre vieja. El monstruo
rugió con
los dientes brillantes al
sol. Los rifles dispararon.
El ruido se perdió en chillidos y
truenos. La gran palanca de la cola del reptil se alzó
sacudiéndose. Los árboles estallaron en nubes de hojas y
ramas. El monstruo
retorció sus manos de joyero y las
bajó como para
acariciar a los hombres, para partirlos en dos,
[…] meterlos entre los dientes y en la
rugiente garganta. Sus
ojos de canto rodado bajaron a la altura de los hombres, que
vieron sus propias imágenes. Dispararon sus armas contra las
pestañas metálicas y los
brillantes iris negros.
Como un ídolo de piedra, como el desprendimiento de una
montaña, Tyrannosaurus cayó. Con un trueno, se abrazó a
unos árboles, los arrastró en su caída.
Torció y quebró el
sendero de metal. Los hombres retrocedieron alejándose. El
cuerpo
golpeó el suelo, diez toneladas de
carne fría y piedra.
[…]
Una fuente de sangre le brotó de la garganta. En alguna
parte, adentro,
estalló un saco de fluidos. Unas bocanadas
nauseabundas empaparon a los cazadores. Los hombres se
quedaron
mirándolo, rojos y resplandecientes.
El trueno se apagó.
La jungla estaba en silencio. Luego de la
tormenta, una gran paz. Luego de la pesadilla, la mañana.”
''Consigna''
En el fragmento de arriba, buscar las
IMAGENES
SENSORIALES (frases que señalen alguno de los cinco
sentidos: vista, tacto, gusto, olfato, oído) y las
construcciones comparativas con las que se narra la caída
del animal.
. Buscar links para ejemplificar esas imágenes sensoriales
que encuentren.
* Auditivo.
* Visual.
* Tactil. ( Se movian, acariciar, golpeo)
* Olfativo.